Muchos recién nacidos amamantados son propensos a sufrir problemas intestinales como cólicos, reflujo, estreñimiento o retención de gases. Estos trastornos son muy molestos y afectan considerablemente al bienestar del bebé. En general, estos trastornos pueden producirse durante el propio embarazo, durante el parto o en los primeros meses de vida.
Durante la última etapa del embarazo y la adaptación de la pelvis de la madre, el arco y la base del cráneo están sometidos a presión. Esto puede provocar la tensión u obstrucción de las suturas craneales y comprometer los vasos sanguíneos y nervios a su paso, perjudicando su función. La compresión de un nervio afecta directamente a su transmisión nerviosa, como si fuera un tubo. Por tanto, si se comprime en un punto, afectará a todo su flujo.
Desde el punto de vista osteopático, este tipo de lesión estructural puede provocar un desequilibrio lo suficientemente grande como para producir todo tipo de descompensaciones fisiológicas en los bebés, pequeños bloqueos y tensiones a nivel orgánico. Entre ellas, diversos trastornos del aparato digestivo.
|| Principales Trastornos Digestivos
» El Cólico del Lactante
El cólico del lactante es un trastorno digestivo muy frecuente que aparece en los bebés durante el primer trimestre de vida. Provoca molestias intestinales que se traducen en llantos inconsolables. Como consecuencia, suele causar importantes trastornos en la familia.
Es importante señalar que este trastorno no es una enfermedad en sí misma. Se trata más bien de un conjunto de síntomas que aparecen con mayor o menor intensidad en bebés de entre 15 días y unos 3 meses de edad. Su aparición se debe principalmente a la inmadurez del aparato digestivo del bebé durante el primer trimestre. Esta inmadurez, unida a la confluencia de diferentes factores de carácter orgánico (intolerancias o alergias) o conductual (trastornos alimentarios, sobrealimentación, etc.), provoca una alteración funcional del tracto intestinal.
Los síntomas más reconocibles son
⇒ Dolor abdominal localizado.
⇒ Calambres.
⇒ Irritabilidad.
⇒ Llanto inconsolable repetido: al menos 3 horas al día, más de 3 días a la semana y durante al menos 3 semanas.
Aunque estas molestias son temporales y suelen desaparecer cuando el bebé empieza a adoptar posturas más erguidas y a alimentarse con más fuerza, la fisioterapia y la osteopatía para bebés ofrecen soluciones que mejoran los síntomas y repercuten positivamente en el bienestar del bebé y del resto de la familia.
Por supuesto, un especialista con formación específica en el tratamiento de los cólicos del lactante es un gran aliado para investigar e identificar el origen del síndrome. También es importante saber diferenciarlo de otras afecciones, como una simple acumulación de gases, estreñimiento, reflujo u otras. De esta forma, será posible aplicar el tratamiento adecuado según las características específicas del niño.
Una vez valorado correctamente el caso, será posible aliviar las molestias que tanto incomodan al niño. Para ello, aplicamos tratamientos específicos basados en maniobras suaves e indoloras destinadas a liberar la tensión visceral del tubo digestivo y a relajar y normalizar la musculatura abdominal. En definitiva, este tipo de tratamiento ayuda a normalizar el desequilibrio mecánico provocado por los cólicos y es una de las soluciones más eficaces para paliar sus efectos.
» Reflujo Gastroesofágico
El reflujo es un problema digestivo con el que los padres están menos familiarizados que con los cólicos del lactante. Sin embargo, es una afección muy frecuente en los primeros meses de vida del bebé.
Fisiológicamente, el reflujo se produce por la filtración del contenido del estómago hacia el esófago. Esto se debe a la inmadurez del esfínter esofágico interno.
En general, el sistema gastrointestinal madura con normalidad y no se observan síntomas graves en el bebé, a excepción del retorno de la leche tras una toma. Por lo tanto, se considera normal que los bebés tengan poco reflujo durante este periodo.
«¿Por qué algunos bebés presentan síntomas más agudos durante el mismo proceso de maduración y no mejoran con el paso de los meses?
Algunos bebés acumulan más tensión en la parte superior del abdomen y el diafragma. Esto, combinado con la inmadurez gastrointestinal, provoca síntomas mucho más agudos, que incluyen los siguientes signos:
⇒ Regurgitación en forma de flatulencias profusas.
⇒ Llanto frecuente e irritabilidad.
⇒ Agitación durante la alimentación (a menudo se retira).
⇒ Babeo constante.
⇒ Dificultad para tragar en algunos casos.
⇒ Infecciones respiratorias frecuentes debidas al paso de alimentos a las vías respiratorias, o incluso irritación de la mucosa esofágica.
En estos casos, el tratamiento osteopático tiene como objetivo aliviar las tensiones y mejorar el funcionamiento de los órganos digestivos del bebé. Para ello, aplicamos técnicas manuales suaves que son un aliado y un complemento del tratamiento médico.
En caso de reflujo leve, el tratamiento puede acortar la duración de las molestias. En general, esto sólo ocurre si se siguen los consejos posturales y las recomendaciones del pediatra, pero este periodo suele ser de 6 a 12 meses.
En cambio, en los casos de reflujo grave, la osteopatía será un excelente complemento del tratamiento médico convencional, que puede incluir la prescripción por parte del pediatra de fármacos como la enterosilicona.
» Estreñimiento
Los recién nacidos necesitan vaciarse todos los días, normalmente después de comer, debido al reflejo gastrocólico. Este reflejo provoca un aumento de las heces cuando la comida llega al estómago vacío.
Con el paso de las semanas, el ritmo cambia. Alrededor del mes y medio o los dos meses, las deposiciones pasan a ser diarias o con pocos días de intervalo, más voluminosas, pero aún ligeras y discretas. En los bebés alimentados con leche artificial, las heces suelen ser más espesas que en los alimentados con leche materna, que son semilíquidas.
«¿Cuándo se puede hablar de estreñimiento?
Es difícil establecer una regla, porque depende mucho del tipo de alimentación del niño (leche materna, artificial o mixta), de la introducción de nuevos alimentos en la dieta y del ritmo intestinal más lento o más largo. Pero, en general, podemos seguir unas sencillas pautas y consultar al pediatra si vemos alguno de estos casos:
⇒ El bebé empieza a hacer caca con menos frecuencia de lo habitual y notamos que las heces se endurecen.
⇒ A medida que pasan los días sin hacer caca, el niño se muestra inquieto, más irritable y le cuesta más hacer sus necesidades.
Cuando se detectan estos síntomas, es preferible consultar a un especialista y no recurrir a remedios caseros como las tisanas o la estimulación externa de los esfínteres.
En cuanto a las tinturas como la de manzanilla, es importante recordar que este tipo de preparados a base de plantas no son inocuos y que contienen principios activos (como los medicamentos) que actúan según una dosis determinada. Esta dosis depende del peso del individuo y se suministra de esta forma para evitar la aparición de efectos secundarios problemáticos. Por lo tanto, no es aconsejable dar a nuestro bebé un consumo incontrolado.
También hay que tener en cuenta que el estómago de un bebé tiene una capacidad muy limitada. Al darle manzanilla, le estamos llenando de una sustancia no nutritiva que puede sustituir el consumo de leche, que es el alimento que realmente necesita y que le nutre. También debemos tener en cuenta que tomar infusiones a una edad tan temprana sobrecarga el intestino. En muchos casos, esto provoca la acidificación de las heces.
Del mismo modo, en el caso de la estimulación del esfínter externo, hay que tener cuidado de no abusar de este método. Los bebés tienen que aprender a controlar su esfínter y pueden acabar dependiendo de esta estimulación para hacer sus necesidades. En casos más concretos, este tipo de estimulación puede provocar una reacción vasovagal no deseada o un síncope (reflejo situacional de tipo sincopal).
Ante la detección de los primeros síntomas, lo primordial es ir a un especialista lo más rápido posible. Desde el punto de vista osteopático se valorará las posibles causas y se realizará un tratamiento siempre de manera individualizada para mejorar su tránsito intestinal y disminuir las molestias, a través de manipulaciones suaves que no conllevan dolor.
» Disquecia del Lactante
Algunos bebés sufren un trastorno intestinal benigno que no debe confundirse con el estreñimiento. Son bebés que defecan sin soltar gases ni hacer caca hasta acabar con heces blandas. Esta afección, conocida como disquecia infantil, es simplemente una cuestión de inmadurez intestinal y mejora hacia el cuarto o quinto mes de vida, si no antes. El bebé tiene que aprender a empujar y, al mismo tiempo, a relajar el esfínter para poder hacer caca. En este caso, no deben utilizarse laxantes, infusiones ni estimulación del esfínter externo.
«¿Cómo puedo ayudar a mi bebé?
⇒ Coloca a tu bebé sobre tu antebrazo y masajea su barriguita en esta posición.
⇒ Cuando veas que está intentando hacer caca, puedes envolverle las piernas sobre la barriguita para facilitar el proceso.
⇒ Puedes masajear suavemente su barriguita en el sentido de las agujas del reloj (de las 8 a las 6).
|| Tratamiento osteopático en los distintos trastornos digestivos
Como ya se ha mencionado, la osteopatía en estos casos pretende prevenir, detectar y corregir este tipo de disfunciones. El objetivo del tratamiento es favorecer el equilibrio y el desarrollo del organismo en esta importante etapa. También se pretende prevenir las consecuencias de la aparición de estos desequilibrios en la edad adulta.
Esta disciplina utiliza técnicas manuales para tratar los desequilibrios estructurales, viscerales y/o craneales que pueda presentar el bebé, con el fin de reajustarlos. Es una terapia respetuosa y no agresiva, basada en movilizaciones suaves, que no presenta riesgos ni efectos adversos para el niño y es un excelente complemento al tratamiento médico convencional.